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jueves, 28 de noviembre de 2013

Una victoria: la no ampliación del puerto deportivo Luis Campomanes y la protección de la pradera de Posidonia oceanica de Altea



A finales de los 70 e inicios de los 80 y al amparo del boom inmobiliario que cubrió de cemento una parte importante de la costa de la provincia de Alicante, se construyó el Puerto Deportivo Luis Campomanes, en la bahía de Altea, dando ''servicio'' a la urbanización colindante (Altea Hills). Un puerto de 510 amarres en un enclave privilegiado a costa de arrasar el medio ambiente marino de la zona, presidido por una inmensa pradera de Posidonia oceanica, considerada entre las de “en mejor estado de conservación'' del Mediterráneo español, según, entre otros,  los informes del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA).

            El Plan de Puertos de la Generalitat Valenciana de 1989 prohibía la construcción de nuevos puertos deportivos en el litoral valenciano, indicándose que deberían optimizarse las capacidades de las instalaciones ya existentes. En el año 2000 y 2002 la Generalitat Valenciana modificó ''convenientemente'' el texto del citado Plan de Puertos para dar luz verde a la ''ampliación de las instalaciones náuticas existentes'' manteniendo la prohibición de construcción de nuevos puertos.

            Al amparo de esas modificaciones en el Plan de Puertos se multiplican las solicitudes de ampliación de los puertos deportivos de nuestra comunidad, especialmente numerosos y ''apetitosos'' económicamente ante el nuevo escenario de boom inmobiliario y ante la ingente cantidad de dinero disponible que sucedió a la entrada  en la moneda única europea.  Ser propietario de un barco estaba de moda y otorgaba mucho prestigio personal (si bien luego se demuestra que los barcos de recreo se utilizan una media de 15 días al año).

            Si bien hay otros ejemplos de daño superlativo en los fondos de nuestra provincia (Xabia, Denia, etc) es especialmente sangrante el proyecto de Ampliación del Puerto Deportivo Luis Campomanes de Altea, que pretendía la duplicación de la capacidad  disponible hasta ese momento hasta los 1000 amarres.

            Su impacto ambiental simplemente superlativo.  Más de 40 hectáreas de Posidonia oceanica en perfecto estado de conservación,  con sus más de 1000 especies animales y 400 vegetales asociadas (lo que le lleva a ser considerado el ''ecosistema clímax'' del Mediterráneo) quedarían o sepultadas directamente por los nuevos espigones y dársenas del puerto o se verían afectadas irreversiblemente por las obras y el uso del puerto.

            La mercantil concesionaria del puerto, Marina Greenwich, presenta en 1999 un primer proyecto de ampliación del puerto deportivo L. Campomanes y en el año 2000 vuelve a presentar otro con algunas modificaciones menores sugeridas por la Administración. La Conselleria de Medio Ambiente valida el proyecto, dictando una Declaración de Impacto Ambiental que, ante las alegaciones y alertas lanzadas por la comunidad científica y las organizaciones conservacionistas, incluye como medidas compensatorias ''el trasplante de  parte de la pradera de Posidonia oceanica así como los ejemplares del molusco Pinna nobilis -''Nacra''- que se encontraran en el ámbito de actuación del proyecto. Ambas especies consideradas ''Prioritarias'' en la Directiva Habitats (92/43/CEE). Esas medidas compensatorias eran inéditas en todo el Mediterráneo (jamás se habían trasplantado extensiones mayores que unos centenares de m2) y eran de imposible cumplimiento como se demostró posteriormente. La documentación del segundo proyecto considera que el Estudio de Impacto Ambiental del primer proyecto sirve perfectamente para este segundo proyecto y no es modificado ni presentado de nuevo.  Las modificaciones que incluye el segundo proyecto sobre espigones, alternativas a tener en cuenta, etc. son distintas pero sin embargo se otorga validez a la misma Declaración de Impacto Ambiental por la Dirección General de Planificación y Gestión del Medio Ambiente mediante resolución de 10 de marzo de 2003.
           
            Empieza el galimatías judicial de recursos contra el proyecto, contra los actos administrativos que conlleva,  denuncias en el SEPRONA de la Guardia Civil, en el Sindic de Greuges, en la Fiscalía de la Audiencia Provincial y en los Juzgados de Benidorm por el inicio de las obras sin haberse demostrado la viabilidad de los trasplantes experimentales realizados.

            La Consellería de Infraestructuras  ordena  la paralización de las obras que ya han comenzado al demostrarse inviables los trasplantes de Posidonia oceanica (con mortandades en los primeros meses de hasta el 85% de lo trasplantado experimentalmente y esperándose el 100% de mortandad en los meses posteriores,  tanto en densidad como en cobertura de la pradera.   Los informes del Departamento de Ciencias del Mar de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Alicante son determinantes, junto al de la Universidad de Almería, frente a los presentados por la Universidad de Murcia y del Instituto de Ecología Litoral, este último encargado oficialmente de la  vigilancia de los trasplantes y del cumplimiento de la DIA.

            El mencionado informe de la Universidad de Alicante concluye entre otros aspectos negativos que '' la ampliación del Puerto afecta a casi 40 Ha de pradera de Posidonia oceánica protegidas por la legislación europea, nacional y autonómica con muy buen estado de conservación que será destruida como consecuencia de la aplicación o entrar en regresión (30Ha u 11 HA), asi como otras especies de pradera, una reducción del hidrodinamismo, menor intercambio de aguas y situación de enfangamiento en las zonas de las dos plazas situada a ambos al lados del puerto actual lo que producirá una reducción de la calidad de las aguas considerando los impactos críticos e irreversibles.''

       Igualmente señala que ''la Declaración de impacto ambiental analiza un proyecto diferente al definitivo y contradicciones acerca de la afección de las playas, olvida la perdida de calidad del agua y elimina la plataforma que suponía la ocupación de la playa de la Barreta, cuando esa plataforma no se ha eliminado sino reducido, según Informe de la Dirección General de Costas, se minimizan los aspectos desfavorables y se destacan los favorables, que la ampliación del Puerto se sitúa en zona próxima a un LIC, que no supone una protección material de no degradar ni impactar sino meramente formal , considera que las experiencias de transplante de posidonia son mas que dudosas y que la declaración de impacto ambiental ha pretendido camuflar los evidentes impactos ambiéntales de la ampliación para justificarla''

        Los Informes del Proyecto de ampliación del Puerto Deportivo de la Universidad de Almería  señalan ''la omisión del estudio de evolución de la línea de la costa, que la infraestructura existente ha afectado a la línea de costa y los efectos imprevisibles que puede tener la desaparición de la pradera de Posidonia sobre la dinámica del litoral y la erosión de la costa concluyendo que el Estudio de Impacto ambiental presenta serias deficiencias conceptuales metodológicos y de técnica en orden a garantizar su función.''

            Ecologistas en Acción del País Valenciano, Greenpeace y WWF de forma conjunta recurren al Tribunal Superior de Justicia de la C.V. que en sentencia de 1 de febrero de 2010 anula el proyecto debido a la no evaluación correcta del impacto ambiental y de las irregularidades mencionadas en la tramitación del proyecto así como por los cambios sufridos por el proyecto que lo convertían en uno nuevo frente a las convalidaciones realizadas por la Consellería de Infraestruturas.

            Finalmente, con fecha 17 de junio de 2013 el Tribunal Supremo desestima los recursos presentados por la mercantil promotora Marina Greenwich y la Consellería de Infraestructuras contra la sentencia  arriba mencionada  del Tribunal Superior de Justicia de la C.Valenciana, dando con ello por terminado el proceso definitivamente.


            Ecologistas en Acción del País Valenciano, Greenpeace y WWF de forma conjunta y coordinada sufragaron los gastos y realizaron todos los esfuerzos de vigilancia, denuncia, etc. para conseguir salvar del cemento esta joya de la naturaleza en este enclave privilegiado de nuestra costa, sirviendo además de ejemplo y argumento contra la posible ampliación de otras instalaciones náutico-deportivas que existen en nuestras costas.

Artículo de Miguel Ángel García (WWF Alicante) y Carlos Arribas (Ecologistas en Acción)

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